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Cómo evitar que tu bebé se vuelva quisquilloso con la comida

¿Sabías que puedes ayudar a prevenir un comedor selectivo desde un principio? Aunque la leche materna o la fórmula infantil proporcionan la mayor parte de la nutrición durante el primer año de vida, exponer a tu bebé a una variedad de sabores y texturas al comenzar sólidos,  aumenta las posibilidades de que consuma una mayor variedad de alimentos más adelante.

Nuestra terapeuta de alimentación, Alexandra Princiotta MA CCC-SLP, explica la importancia de ofrecer una variedad de texturas y sabores a tu bebé, desde el momento en que comienza a comer sólidos, para evitar que sea quisquilloso al comer más adelante en la vida.

¿Te has preguntado alguna vez por qué algunos bebés y niños pequeños comen alimentos ​​como purés para bebés o galletas comprados en el super sin ningún problema, pero les resulta difícil comer alimentos caseros, frutas o verduras? Esto se debe a que a los niños les encanta saber qué esperar. Las comidas empaquetadas son predecibles para un niño. Siempre tienen la misma forma, consistencia y sabor, además saben bien. Los alimentos frescos o los platos preparados en casa, por otro lado, no siempre tienen el mismo sabor o apariencia. Las frutas pueden ser dulces o ácidas, vienen en diferentes tamaños y pueden sorprender a un pequeño.

Los estudios muestran que los bebés que consumen purés caseros alrededor de los 6 meses de edad consumen una mayor frecuencia de frutas y verduras a los 7 años (Coulthard, Harris & Emmett, 2010). Los purés caseros son mejores para aprender sobre diferentes sabores y texturas en comparación con los alimentos comerciales para bebés. Esto se debe a que los alimentos comerciales para bebés sabrán igual y se sentirán igual cada vez.

 

Hablemos de por qué esto no es ideal para prevenir un comedor quisquilloso. 

El cerebro de tu bebé está aprendiendo sobre el gusto cada vez que come. El olor de los alimentos combinado con la sensación que se siente en la boca, crea la experiencia del gusto. Cuanta más variedad consuma tu bebé, más oportunidades tendrá su cerebro para aprender sobre el sabor y las texturas. Por lo tanto, el objetivo debe ser exponer a tu bebé a una gran variedad de sabores y texturas antes del primer año de vida cuando todavía está desarrollando sus gustos. 

Pensemos en los comedores quisquillosos por un momento. A menudo, sus alimentos preferidos son los alimentos comerciales que siempre saben igual. Las galletas y las meriendas compradas en tiendas son seguras para ellos porque el sabor y la textura no cambian. Por el contrario, considera los arándanos. Algunos son dulces, algunos son agrios, algunos son firmes, algunos son suaves; en una porción hay muchos tamaños y sabores diferentes. ¿Qué tal una comida casera que hayas hecho? ¿Siempre sabe exactamente igual? ¡Probablemente no y eso está bien! Queremos esta variedad para nuestros bebés desde el principio. En lugar de preocuparse por nutrientes específicos cuando tu bebé está aprendiendo a comer sólidos, concéntrate en ofrecerle una gran variedad de alimentos. La variedad garantiza que obtengan una amplia gama de nutrientes en su dieta, así como la exposición a diferentes sabores y texturas.

Siempre asegúrate de ofrecer diferentes colores, sabores, texturas y alimentos cuando alimentes a tu bebé. Esto asegurará que pierdan la sensibilidad y creen resiliencia cuando las cosas no siempre se vean o se sientan igual durante la hora de la comida.

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Por: Alexandra Princiotta, MA CCC-SLP

hace 2 años