La crianza es un viaje increíble, pero viene acompañado de sus propios desafíos, y uno de los más comunes es lidiar con los berrinches de los niños pequeños. Estos arrebatos emocionales repentinos pueden tomarnos por sorpresa y pueden ser desencadenados por una variedad de razones. Sin embargo, es crucial recordar que debajo de la superficie de estos berrinches se encuentra una verdad simple: nuestros hijos no son definidos por estos momentos. En cambio, están tratando de comunicar necesidades insatisfechas de la mejor manera que saben.
En este artículo, exploraremos algunos consejos prácticos y efectivos para ayudar a calmar a tu hijo y restaurar tu propia tranquilidad cuando tu pequeño se transforma en un torbellino de emociones. También enfatizaremos la importancia de no avergonzar a nuestros hijos, sino más bien ver lo mejor en ellos, reconociendo que sus berrinches son una forma de expresar esas necesidades insatisfechas que nosotros, como padres, podemos ayudar a satisfacer.
A nadie le gusta que le humillen o le hablen desde arriba, y esto incluye a nuestros hijos. Dado que los niños pequeños tienen una estatura más baja, es fundamental que te agaches físicamente a su nivel si quieres evitar hablarles desde arriba.
Hablar con tu hijo a la altura de los ojos no solo es beneficioso durante los berrinches; debería ser nuestra forma preferida de comunicarnos con ellos en todo momento.
Si notas que tu pequeño está ignorando por completo tus solicitudes, evita la tentación de repetirte. Repetir lo que dices solo aumentará la frustración y la ira. En su lugar, haz una pausa y agáchate hasta su nivel o levántalo hasta el tuyo, luego dirígete a él de manera tranquila y directa.
Mantener el contacto visual asegura que realmente te hayan escuchado y también los anima a prestar atención. Este enfoque es notablemente efectivo. Además, hablar con cualquier persona de esta manera es una muestra de respeto. Comunica que son importantes y merecen tu atención plena, lo cual puede tener un impacto positivo significativo.
Los niños anhelan consuelo y seguridad cuando están en medio de un berrinche, y tu presencia puede marcar una gran diferencia, incluso cuando se sienten abrumados. Ofrecerles un abrazo firme y de apoyo o simplemente sentarte a su lado si no desean ser tocados puede obrar maravillas. Demuéstrales que no tienes miedo de sus emociones intensas y que los amas incondicionalmente, sin importar lo que sientan.
Puedes considerarlo similar al efecto calmante de las mantas ponderadas, que ayudan a aliviar la ansiedad nocturna, o a la seguridad proporcionada por el envolver a un bebé en una manta. Abrazar a tu pequeño con un abrazo cercano, constante y reconfortante actúa como un poderoso interruptor de patrón. Es una estrategia mucho más efectiva que alejarse, gritar o recurrir a castigos cuando te enfrentas a sus berrinches.
Te animo a que lo intentes la próxima vez que tu niño pequeño tenga un episodio de enojo. Tu presencia, en lugar de dejarlos solos, podría ser la clave para ayudarlos a encontrar la calma en medio de la tormenta.
Cuando lidias con un niño en pleno berrinche, es esencial recordar que recurrir a los gritos o aumentar tu propia voz generalmente es ineficaz. Este principio se extiende a varias interacciones humanas que involucran conflictos. Cuando conversas con una persona enojada, intensificar la situación al elevar la voz tiende a generar resultados improductivos.
Por el contrario, adoptar un tono tranquilo, seguro y firme, uno que se mantenga sereno incluso en medio de la turbulencia, es el enfoque óptimo al comunicarte con tu niño angustiado. En esencia, te conviertes en el ancla de calma de tu hijo, manteniendo la compostura de manera firme mientras ellos navegan por su tormenta emocional. Este enfoque no solo ayuda a desactivar la situación inmediata, sino que también enseña a tu hijo valiosas habilidades de regulación emocional, fomentando un entorno más saludable tanto para el padre como para el hijo.
Aquí es donde las cosas pueden volverse desafiantes, porque cuando nuestro niño pequeño no presta atención, responde con desafío o tiene un berrinche, es bastante común que nuestras propias emociones se intensifiquen.
Cuando nuestras emociones están a cargo, somos más propensos a decir cosas poco útiles, empeorar la situación o expresar pensamientos que en realidad no queremos decir y que luego lamentaremos. Por lo tanto, cuando tu hijo se está portando mal, es esencial hacer una pausa, tomar aire y abstenerse de hablar o tomar decisiones de crianza de manera impulsiva. Siempre recuerda que eres el adulto y nuestra responsabilidad es calmar a nuestro hijo, que puede sentirse abrumado.
Si te encuentras en un entorno público, intenta salir lo más rápido posible. Esto no solo beneficia a los inocentes espectadores y demuestra buenos modales, sino que también interrumpe el arrebato de tu hijo al cambiar el entorno.
Mantén la compostura durante este momento y úsalo como una oportunidad para respirar y contar, en lugar de recurrir a gritos, quejas o arrastrar a tu hijo de manera forzada.
Entiendo que esto puede ser más fácil decirlo que hacerlo, ¡pero establecer un ejemplo de comportamiento tranquilo es increíblemente crucial!
Siempre ten en cuenta que los berrinches sirven como un medio de comunicación para los niños. Son una forma en que tu hijo expresa sus necesidades insatisfechas. Si los berrinches se convierten en el método principal de tu hijo para expresarse o si ocurren con frecuencia en casa, es un indicio de que tu hijo aún no ha adquirido formas más adecuadas de expresar sus emociones. Este patrón no es probable que disminuya naturalmente a medida que crezcan. Sin embargo, cuando ocurran berrinches o expresiones de enojo, es esencial esforzarse por identificar la causa subyacente y ayudarlos a abordarla con empatía. Recuerda, los berrinches son un llamado de ayuda y nuestro papel es ayudar a llenar su vaso emocional para reducir estos arrebatos.
Aunque puede ser tentador expresar tu frustración y decir lo que piensas abiertamente, esfuerza por ejercer la moderación. Etiquetar repetidamente a tu hijo como un "niño malo" no resolverá el problema. Nuestras palabras tienen una influencia significativa y referirse constantemente a tu hijo como "malo" en realidad está afirmando que es inherentemente malo, un resultado que probablemente no deseas alcanzar.
Siempre lucha por expresar lo que aspiras a ver en tus hijos, tu vida y tu familia. Nuestras palabras tienen el poder de dar forma a nuestras circunstancias y generar un cambio positivo.
Navegar por el desafiante viaje de la crianza de los hijos a menudo nos lleva a enfrentar inesperados berrinches de los niños pequeños. Estos momentos pueden poner a prueba nuestra paciencia y compostura, por lo que es esencial equiparnos con estrategias efectivas para mantener la armonía en nuestros hogares.
Sin embargo, todos sabemos que la crianza de los hijos puede ser abrumadora en ocasiones. Es crucial buscar ayuda y apoyo para aliviar el estrés que puede acumularse en nuestra vida diaria. Cuando logramos relajarnos, estamos mejor preparados para ser una fuente de calma para nuestros hijos, evitando caer en su tumulto emocional. Esta mayor compostura nos permite mostrar más paciencia, comprensión y empatía.
Aquí es donde Little Lunches entra en acción para brindar una ayuda necesaria. Comprendemos las demandas de la crianza de los hijos y una de las principales formas en que apoyamos a los padres es simplificando la planificación de comidas, una tarea que a menudo contribuye al estrés de los padres. Desarrollado por un equipo de dietistas clínicos, Little Lunches se encarga de la planificación de comidas, permitiéndote priorizar tu bienestar y, a su vez, ser la mejor versión de ti mismo para tus hijos.
Con Little Lunches, puedes simplificar la planificación de comidas semanal, acceder a consejos de expertos y recibir una lista de compras personalizada, asegurando que las necesidades nutricionales de tu hijo estén cubiertas. Como hemos aprendido, mantener la compostura y enfocarnos en la empatía son cruciales en la crianza de los hijos, y Little Lunches te empodera para lograrlo al reducir el estrés en la hora de comer y liberar más tiempo de calidad para conectar con tu hijo.
En resumen, los berrinches son una forma de comunicación y nuestro papel como padres es escuchar, comprender y apoyar a nuestros hijos en la expresión de sus necesidades. Al implementar estas estrategias, buscar apoyo cuando sea necesario y adoptar herramientas como Little Lunches, podemos crear un entorno más armonioso y nutriente para nuestras familias, donde florezca la empatía y la comunicación positiva. Recuerda, nuestras palabras y acciones tienen el poder de dar forma al futuro de nuestros hijos y cada esfuerzo que hagamos hacia la comprensión y la empatía será valioso para construir lazos fuertes y amorosos con nuestros pequeños.
Por: Monica M. Facusse, Psychologist/Psychotherapist & Health Coach, para Little Lunches
hace 3 años