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Alimentos que no debes darle a un bebe

Dar la bienvenida a un nuevo miembro a la familia trae consigo una inmensa alegría y responsabilidad. Como padres, nos esforzamos por brindar el mejor cuidado y nutrición a nuestros preciosos pequeños. Cuando se trata de introducir alimentos sólidos en su dieta, es crucial conocer las elecciones adecuadas. Si bien existen una amplia variedad de alimentos deliciosos y nutritivos adecuados para los bebés, es igualmente importante ser conscientes de ciertos alimentos que no se recomiendan para sus delicados sistemas. A continuación, exploraremos algunos alimentos que los bebés menores de 1 año deben evitar para garantizar su salud y bienestar. Al comprender y seguir estas pautas, podemos fomentar una base sólida para su viaje de por vida hacia hábitos alimentarios saludables. A

Alimentos que debes evitar darle a tu bebe

Miel

Puede contener esporas de bacterias llamadas botulismo, que pueden provocar botulismo infantil. Una toxina que puede causar debilidad muscular, succión deficiente, llanto débil, estreñimiento, disminución del tono muscular e incluso parálisis en bebés pequeños.

Leche de vaca

No se recomienda la leche de vaca entera como bebida principal para bebés antes de su primer cumpleaños. Carece de nutrientes esenciales y puede ser difícil de digerir para su sistema digestivo. La leche materna o la fórmula infantil deben ser las principales fuentes de nutrición durante este período.

El pescado Crudo o Ahumado

El pescado crudo o poco cocido, incluyendo sushi o sashimi, puede contener bacterias dañinas, parásitos o virus que pueden causar enfermedades transmitidas por alimentos. Los sistemas inmunológicos de los bebés aún se están desarrollando y son más susceptibles a infecciones e intoxicaciones alimentarias.

El pescado ahumado, como el salmón o la trucha ahumada, a menudo contiene altos niveles de sal como parte del proceso de ahumado. El consumo excesivo de sal no es adecuado para los delicados riñones en desarrollo de los bebés y puede ejercer presión sobre sus sistemas delicados.

Sal

Los riñones de los bebés aún están en desarrollo y su capacidad para procesar y eliminar el exceso de sodio es limitada. Consumir grandes cantidades de sal puede ejercer presión sobre sus delicados riñones y potencialmente causar problemas de salud.

Además, la introducción de alimentos sin sal añadida ayuda a desarrollar las preferencias de sabor de los bebés hacia los sabores naturales. Esto puede fomentar una dieta más saludable y variada a medida que crecen y reducir la probabilidad de desarrollar preferencia por alimentos excesivamente salados.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los lactantes menores de 12 meses consuman menos de 1 gramo de sal (400 mg de sodio) al día. La leche materna y la fórmula ya contienen la cantidad adecuada de sodio necesaria para el desarrollo del bebé. Se debe evitar agregar sal o condimentos salados al preparar sus comidas.

Es importante tener en cuenta que algunos alimentos naturalmente contienen pequeñas cantidades de sodio. Al introducir alimentos sólidos, se recomienda elegir opciones bajas en sodio o sin sal añadida. Siempre lee cuidadosamente las etiquetas de los alimentos y opta por alimentos frescos, sin procesar y caseros siempre que sea posible.

 Azúcar

Necesidades Nutricionales: Los bebés tienen necesidades nutricionales específicas durante su primer año de vida, y su dieta debe centrarse en nutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo. El azúcar proporciona calorías vacías, lo que significa que no aporta un valor nutricional significativo, como vitaminas, minerales o macronutrientes esenciales.

Preferencias de Sabor: La introducción de alimentos azucarados desde temprana edad puede moldear las preferencias de sabor de un bebé y crear una preferencia por sabores excesivamente dulces. Esto puede dificultar la introducción y el disfrute de una variedad de alimentos nutritivos más adelante, lo que aumenta el riesgo de desarrollar una relación poco saludable con los alimentos azucarados.

Caries Dentales: Los dientes de los bebés son susceptibles a las caries, incluso antes de que erupcionen por completo. La introducción de alimentos azucarados, como dulces, bebidas azucaradas o incluso purés endulzados, aumenta el riesgo de caries dental. Cuanto más tiempo los azúcares permanezcan en contacto con los dientes, mayor será la probabilidad de problemas dentales.

Impacto en la Salud: El consumo elevado de azúcar, especialmente en formas líquidas como jugos azucarados o bebidas endulzadas, puede contribuir a un consumo calórico excesivo, aumento de peso potencial y un mayor riesgo de desarrollar condiciones de salud como obesidad, diabetes y trastornos metabólicos.

Riesgos de Asfixia

Los bebés menores de un año aún están desarrollando sus habilidades motoras orales y coordinación necesarias para masticar y tragar de manera segura. Es posible que no hayan desarrollado completamente la capacidad de manejar y manipular ciertos alimentos en sus bocas, lo que aumenta el riesgo de asfixia. Además, los bebés tienen vías respiratorias más pequeñas en comparación con niños mayores y adultos. Esto significa que incluso pequeños trozos de comida u objetos pueden obstruir potencialmente su vía respiratoria, lo que provoca asfixia y dificultades para respirar.

Algunos ejemplos comunes de riesgos de asfixia para los bebés cuando se trata de alimentos incluyen

  • Uvas enteras o tomates cherry
  • Vegetales crudos, como zanahorias o apio
  • Nueces y semillas
  • Palomitas de maíz
  • Caramelos duros o chupetines
  • Trozos grandes de carne o queso
  • Trozos grandes de frutas duras, como rodajas de manzana cruda
  • Malvaviscos
  • Salchichas
  • Mantequilla de maní (en grandes cantidades o cucharadas)
  • Cucharadas de mantequilla de nueces (como almendra o de cajú)
  • Frutas crudas o sin madurar
  • Alimentos pegajosos o viscosos, como caramelos masticables o caramelo
  • Alimentos duros y redondos, como uvas enteras o cerezas
  • Trozos grandes de pan o bagels sin tostar
  • Trozos gruesos de queso o palitos de queso
  • Cucharadas grandes de mantequilla de maní espesa u otros tipos de mantequillas de nueces
  • Trozos grandes de cereales duros o secos
  • Galletas o bizcochos enteros o grandes

Siempre supervisa de cerca a tu bebé durante las comidas, evita distracciones y asegúrate de que esté sentado en posición vertical en una trona o posición soportada.

Recuerda, es importante cortar los alimentos en tamaños adecuados para la edad y desarrollo de tu bebé. Siempre supervisa de cerca a tu bebé durante la comida y prepárate para responder rápidamente en caso de una emergencia por asfixia.

Si necesitas orientación sobre cómo cortar los alimentos en tamaños apropiados para tu bebé, te recomendamos encarecidamente que utilices la Bibliotequita de Ingredientes en la aplicación de Little Lunches. Este recurso integral está diseñado para brindarte información valiosa sobre cómo preparar y cortar cada ingrediente de manera segura según la edad de tu bebé. Considera los hitos del desarrollo y las habilidades de masticación de tu pequeño, asegurando que le ofrezcas alimentos que no solo sean nutritivos, sino también seguros para consumir. Al consultar la bibliotequita de Ingredientes, podrás sentirte seguro al proporcionarle a tu bebé comidas deliciosas y adecuadas para su etapa de desarrollo. Asegurarte de tener las texturas y tamaños de alimentos adecuados puede marcar una gran diferencia para prevenir riesgos de asfixia y promover una experiencia alimentaria segura y placentera para tu bebé.

Queso o Leche no Pasteurizados

El proceso de pasteurización implica calentar la leche o el queso a una temperatura específica para eliminar las bacterias dañinas. Los productos lácteos pasteurizados se someten a este tratamiento térmico, que reduce significativamente el riesgo de contaminación bacteriana, haciéndolos más seguros para su consumo. Los productos lácteos no pasteurizados, incluyendo queso y leche, tienen un mayor riesgo de contaminación bacteriana. Estos productos pueden contener bacterias perjudiciales como la Listeria, Salmonella o E. coli, las cuales pueden causar infecciones graves, especialmente en los lactantes con sistemas inmunológicos en desarrollo.

Los bebés tienen sistemas inmunológicos inmaduros que aún no están completamente equipados para manejar los posibles patógenos presentes en los productos lácteos no pasteurizados. Sus sistemas inmunológicos son menos capaces de combatir las bacterias dañinas, lo que los hace más susceptibles a infecciones y complicaciones relacionadas.

Los productos lácteos no pasteurizados representan una preocupación particular debido al riesgo de listeriosis, una infección grave causada por la bacteria Listeria monocytogenes. La listeriosis puede provocar fiebre, vómitos, diarrea y, en casos graves, puede resultar en meningitis, infecciones sanguíneas e incluso aborto espontáneo o mortinato en mujeres embarazadas.

Para garantizar la seguridad de tu bebé, es mejor elegir productos lácteos pasteurizados, incluyendo queso y leche. Estos productos se someten a un tratamiento térmico controlado que elimina o minimiza la presencia de bacterias dañinas al tiempo que conserva su valor nutricional.

Siempre lee las etiquetas cuidadosamente al comprar productos lácteos y busca la indicación de "pasteurizado". Al optar por productos lácteos pasteurizados, puedes proporcionar a tu bebé un menor riesgo de infecciones bacterianas, promoviendo su salud y bienestar en general.

Jugo

El jugo carece de nutrientes esenciales como proteínas y fibra dietética, mientras que es alto en azúcar. Ofrecer jugo a los bebés puede llevar a un desequilibrio en su ingesta total de nutrientes, potencialmente reemplazando alimentos más nutritivos como la leche materna, la fórmula o los alimentos sólidos.

Desequilibrio Nutricional: Incluso el jugo de frutas al 100% contiene azúcares naturales que pueden estar concentrados. Consumir demasiado jugo puede contribuir a una ingesta excesiva de azúcar, lo cual puede aumentar el riesgo de caries dental, aumento de peso y desarrollo de una preferencia por sabores dulces.

Reducción del Apetito por Alimentos Nutritivos: Ofrecer jugo entre comidas puede llenar el estómago del bebé y disminuir su apetito por alimentos más sustanciales y densos en nutrientes, como la leche materna, la fórmula, las frutas, las verduras y los cereales. Esto puede llevar a una ingesta inadecuada de nutrientes importantes necesarios para el crecimiento y desarrollo.

Diarrea y Malestar Estomacal: El alto contenido de azúcar en el jugo puede causar problemas digestivos en los bebés, como diarrea, distensión abdominal y malestar estomacal. Además, algunos bebés pueden experimentar una reacción alérgica a ciertas frutas utilizadas en los jugos.

Impacto en la Salud Dental: La exposición prolongada a los azúcares del jugo, especialmente cuando se consume en biberón o vaso con boquilla, puede contribuir a la aparición de caries y cavidades, comúnmente conocido como "caries del biberón".

En lugar de jugo, se recomienda enfocarse en la leche materna, la fórmula y la introducción de alimentos sólidos adecuados a la edad correspondiente. El agua puede ofrecerse a los bebés mayores de seis meses si es necesario, pero no debe reemplazar a la leche materna o la fórmula como fuente principal de hidratación.

Al limitar o evitar el jugo durante la infancia, puedes promover hábitos alimentarios más saludables, reducir el riesgo de problemas dentales y asegurarte de que tu bebé reciba una nutrición óptima para su crecimiento y desarrollo.

 Carnes Procesadas

Sodio y Aditivos: Las carnes procesadas, como salchichas, perros calientes y embutidos, tienden a tener un alto contenido de sodio y a menudo contienen aditivos como conservantes y potenciadores de sabor. El consumo excesivo de sodio en los bebés puede sobrecargar sus riñones y potencialmente ocasionar problemas de salud. Además, los aditivos presentes en las carnes procesadas pueden no ser adecuados para sus delicados sistemas digestivos.

Nitritos y Nitratos: Las carnes procesadas a menudo contienen nitritos y nitratos, que se utilizan como conservantes para prolongar la vida útil y mejorar el color. Cuando se consumen en exceso, estos compuestos pueden convertirse en nitrosaminas dañinas en el cuerpo, las cuales se han relacionado con un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Los cuerpos en desarrollo de los bebés son particularmente vulnerables a los posibles efectos negativos de estos compuestos.

Alto Contenido de Grasas y Calorías: Las carnes procesadas suelen tener un alto contenido de grasas saturadas poco saludables y calorías. Introducir estos alimentos a los bebés, quienes tienen necesidades nutricionales específicas y requieren una dieta equilibrada, puede contribuir a un consumo excesivo de calorías y potencialmente ocasionar aumento de peso y problemas de salud relacionados.

En lugar de las carnes procesadas, enfócate en proporcionar a tu bebé una variedad de alimentos nutritivos que sean apropiados para su edad y etapa de desarrollo. Opta por carnes magras, aves, pescado y fuentes de proteína de origen vegetal, preparadas de manera que asegure su seguridad y adecuación para el delicado sistema digestivo de tu bebé.

Pescados con Alto Contenido de Mercurio

El mercurio es un metal tóxico que puede tener efectos perjudiciales en el sistema nervioso en desarrollo de un bebé. Aquí te explicamos por qué:

Desarrollo Neurológico: El cerebro y el sistema nervioso de los bebés aún se están desarrollando rápidamente, y la exposición a niveles altos de mercurio puede interferir en este proceso. Puede provocar retrasos cognitivos y del desarrollo, discapacidades de aprendizaje y habilidades motoras comprometidas.

Acumulación de Mercurio: El mercurio tiende a acumularse en el cuerpo con el tiempo, especialmente en órganos como el cerebro y los riñones. Incluso pequeñas cantidades de mercurio pueden acumularse a niveles perjudiciales en el pequeño cuerpo de un bebé, aumentando el riesgo de problemas de salud a largo plazo.

Sistema de Desintoxicación Inmaduro: Los bebés tienen un sistema de desintoxicación inmaduro, lo que dificulta que sus cuerpos eliminen eficientemente el mercurio. Esto aumenta su vulnerabilidad a los efectos tóxicos del mercurio.

Algunos ejemplos de pescados con niveles más altos de mercurio que se deben evitar en la dieta de un bebé son:

  • Tiburón
  • Pez espada
  • Caballa real
  • Pez azulejo
  • Atún ojo grande

Para una dieta segura y equilibrada, elige pescados que tengan menos mercurio y asegúrate de que estén correctamente cocidos para eliminar cualquier posible contaminación bacteriana. Al ser consciente del contenido de mercurio en los pescados y tomar decisiones informadas, puedes proteger el sistema nervioso en desarrollo de tu bebé y favorecer su crecimiento y desarrollo saludables.

Como padres, tenemos el poder de moldear la vida de nuestros bebés brindándoles la nutrición que necesitan para prosperar. Dale a tu bebé el mejor comienzo en la vida evitando los alimentos que les harán daño y aprovechando la aplicación de planificación de comidas de Little Lunches para obtener opciones de comidas nutritivas y adecuadas para su edad. Esta innovadora aplicación ofrece planes de comidas personalizados adaptados a la edad y etapa de desarrollo de tu bebé, eliminando las dudas sobre qué alimentarlos. Con una variedad de alimentos nutritivos y opciones adecuadas para cada etapa, la aplicación de Little Lunches te guía paso a paso, asegurándose de que cada comida sea adecuada para las necesidades de tu bebé. Juntos, podemos crear una base de salud y bienestar para nuestros pequeños que perdurará toda la vida.

Por: Jessica Facusse, cofundadora de Little Lunches, y Dra. Diana Jiménez, pediatra especializada en nutrición infantil, lactancia y desarrollo infantil.

Fuentes: Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades.



hace 1 año